Ruta de Escipión

FOTOPueblo de Castrovido

Pueblo de Castrovido

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Seguimos los pasos del general romano Publio Cornelio Escipión, al frente de 60.000 hombres, de camino a conquistar la ciudad de Numancia.












Vía histórica de paso

FOTOTumbas antropomorfas en Salas

Tumbas antropomorfas en Salas

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(Texto extraído del folleto "Ruta de Escipión" editado por el Ayuntamiento de Salas de los Infantes, C.I.T. Sierra de la Demanda y la Asociación de Amigos del Castillo de Castrovido).

La ruta comienza en las afueras de Salas de los Infantes, en la parte trasera del antiguo Colegio de San José. Allí encontramos un tramo de unos 80 metros de una calzada romana en excelente estado de conservación. Formaba parte de la vía que unía la ciudad romana de Clunia (a x km.) con la riojana de Tritium-Magallum, aprovechando el paso natural que franquea las cumbres de la Sierra de la Demanda, uniendo los valles de los ríos Duero y Ebro. Gracias a este carácter de vía natural, fue testigo del paso de Publio Cornelio Escipión Emiliano al frente de 60.000 hombres cuando se dirigía a conquistar la rebelde Numancia desde Ampurias. General romano, nieto adoptivo de Escipión "el Africano", Publio Cornelio fue cónsul en el año 147 a de C. Se le confió el mando del ejército durante la III Guerra Púnica e incendió Cartago en el año 146. El senado le encargó la dirección de la guerra de Numancia, que preparó con una reorganización del ejército y un durísimo entrenamiento. En el verano del 134, saqueó el territorio vacceo en el momento de la recolección. Después estableció un sitio impenetrable en torno a Numancia. En el año 133, los numantinos debieron rendirse y Escipión Emiliano destruyó la ciudad. Murió asesinado en Roma, probablemente debido a su oposición a los demócratas y a las leyes agrarias de los Gracos.

Esta vía romana fue también utilizada por Almanzor en sus terribles razzias contra los reinos cristianos durante la Alta Edad Media (s. X).

Cruzamos todo el casco urbano de Salas, abandonándolo por el camino llamado "La Carrera", que gira a la izquierda discurriendo paralelo al río Arlanza en dirección a Castrovido. Después de recorrer casi 1 km., se yergue un altozano de apsecto amesetado. Sobre él su ubicó un asentamiento defensivo -castro- en época prerromana. Si bien estuvo habitado desde el siglo V a C., vivió su momento de máximo esplendor durante los siglos III al I de nuestra Era, coincidiendo con el desarrollo de la cultura celtibérica, llegando a su fin con la invasión romana. En el Museo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes, podemos contemplar un gran número de piezas halladas en "El Castro", desde el período neolítico hasta la época romana.

Clave para defender el paso sobre el Arlanza de los árabes

FOTOPuente romano de Castrovido

Puente romano de Castrovido

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Poco después llegamos a Castrovido, pequeño pueblo con un bonito puente de origen romano, que preserva su distribución medieval esparcido por la ladera del monte sobre el que se levanta su castillo, y con el patrimonio arquitectónico tradicional, magníficamente conservado, donde destaca la típica chimenea encestada serrana, seña de identidad de toda la zona.

En la iglesia parroquial de San Martín hay una curiosa pila bautismal románica (s. XII), de base cuadrada con arcos entrecruzados que representa a la Jerusalén celeste. La ermita de Nuestra Señora del Carmen, de cabecera prerrománica, tiene anexa una necrópolis antropomorfa altomedieval (s. IX-X), compuesta por dos tumbas infantiles excavadas en la roca, de acusadas hombreras.

Castrovido debe su nombre a Don Vito, compañero de Gonzalo Gustios-padre de los siete Infantes de Lara- al que se le encargó la difícil tarea de repoblar esta villa y defender el paso sobre el Arlanza de las incursiones árabes. Para ello edificó en el siglo X un torreón defensivo sobre el empinado monte que corona la población. Lo que hoy podemos ver data de una reconstrucción del s. XIV hecha por la poderosa familia Velasco. En esta época, se dotó al Torreón de sótano, tres plantas y terraza del adarve bordeada de almenas. Los muros tienen dos metros de grosor en la base, y excepto en las esquinas y en el encuadre de los vanos que son de sillarejo, el paramento de los muros es de mampostería con relleno interior de argamasa (tierra, piedra y cal).

Aves y flora

A lo largo de nuestro camino tendremos la oportunidad de observar alguna de las más de 140 especies diferentes de aves que configuran la ornitofauna de la zona. Así en el bosque de ribera compuesto por alisos, álamos negros, choperas de repoblación y fresnos, es fácil encontrarse con el martín pescador, el pico picapinos, la oropéndola, carboneros, petirrojos, mirlos, pinzones y ruiseñores. En el Castro. donde se alterna el pastizal con masas arbustivas en las que predomina la aulaga, el rosal silvestre y el majuelo, encuentra alimento y nidifica el alcaudón y la curruca rabilarga. Llegando a Castrovido, encontraremos nidificando al colirrojo real y a una de las escasas parejas de golondrina dáurica que crían en Burgos.
A partir de este momento, el rebollar con árboles centenarios y el tupido jaral, se adueñan del terreno donde a menudo se ve volando al cernícalo vulgar, cuervos, ratoneros, águilas calzadas, milanos, buitres leonados y algún que otro alimoche.