Demandasaurus Darwini. 9 enero 2011

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Día 09/01/2011








TRAS las fiestas la realidad se vuelve a ver con nitidez absoluta, sin el humo de los petardos y el resplandor del confeti. La crisis se pega a nuestra anatomía como una segunda piel no deseada. El cerco se estrecha y rememoramos a Numancia. Convivimos con esta lacra, de mala gana, luchando por contenerla, por terminar con ella antes de que ella, acostumbrada a ganar, lo haga con nosotros. Los presupuestos se reducen sensiblemente para todo, incluyendo a las políticas medioambientales, tan importantes en una comunidad que vive del campo y ofrece naturaleza única y bellísima a raudales. El parón, el retroceso en nuestros intentos de ir más lejos a la hora de contribuir con la sociedad de la que formamos parte, me refiero a Europa, es una pésima noticia. Los asuntos judiciales sobre la Ciudad del Golf tampoco son buenos. Morder en lo que se ha considerado protegido con fines dinerarios y particulares no pinta bien ni debe nunca pintar bien. Si la ley está para defendernos de nosotros mismos, ir contra ella conscientemente es como mínimo censurable. Pero no todo son malas noticias, el CAS (Colectivo Arqueológico-Paleontológico Salense) ha vuelto a sorprender a la comunidad científica internacional. Mientas que en nuestros periódicos esta noticia aparece en la sección «provincia» en otros foros estos descubrimientos aparecen presidiendo portadas de revistas científicas de prestigio internacional. El hallazgo y confirmación de que el primer dinosaurio saurópodo diplodocoideo del Cretáceo Inferior descrito en la Península Ibérica se ha encontrado en La Revilla, muy cerca de Salas de los Infantes (Burgos), nos llena de alegría. Su nombre, tras ser bautizado, es Demandasaurus darwinii. Un doble homenaje, por un lado al naturalista Charles Darwin y otro a la Sierra de la Demanda, tan generosa en botánica como en Paleontología.